El cine experimental y la experimentación en el cine

El cine experimental debe atravesar constantemente por la experimentación cinematográfica para innovarse; sin embargo, la sola aplicación de un experimento no define al trabajo audiovisual como cine experimental.

Que un filme sea de tipo experimental supone, ante todo, que la propuesta del ensayo cinematográfico se concrete como estructura, es decir, no únicamente como un destello, como un adorno dentro del filme, sino como un elemento que defina al proyecto, que finalmente construya también su fábula y discurso. Así, por ejemplo, aun cuando el Moulin Rouge (Molino Rojo), de Baz Luhrman, proponga y maneje algunos experimentos narrativos descabellados, está lejos (desde este punto de vista) de que pueda considerársele cine experimental.

La mejor forma de marcar estas diferencias, entre el mero experimento y lo experimental, es echando mano de la historia del cine para, mediante este mecanismo, conformar una lista de películas que puedan hablarnos más claramente sobre esas diferencias:

El nacimiento de una nación (1915), de D.W. Griffith, nos hace asistir a otro nacimiento, al del montaje paralelo, algo que tampoco puede obviarse es el lenguaje dinámico que propone a través de la alternancia entre los primeros planos y los generales. Si pensamos que el experimento debe atravesar al filme como estructura para definir a un proyecto como experimental, esta película, indudablemente, cumple con ese requisito, pues toda ella se construye con un concepto rítmico de narración, con el concepto naciente del montaje paralelo.

Luis Buñuel y la marca ineludible de lo experimental en su cine con Un chien andalou (Un perro andaluz) en 1929, totalmente terminada solo hasta 1960, con algunas incorporaciones musicales. Este cortometraje presenta lo experimental mediante la incorporación del surrealismo en su forma pura, es decir, con su parcial ilegibilidad y altísima carga simbólica en lo narrado.

Saltamos 63 años de historia cinematográfica y nos centramos en el cine de Tarantino que se define, en gran medida, desde su ópera prima, Resevoir Dogs(Perros de Reserva, 1992), donde plantea el sello indiscutible de cine experimental a su propuesta: una construcción discursiva posmoderna, una historia lineal que fragmenta y (re)acomoda de manera, aparentemente, caótica; toda una nueva visión narrativa que emula la actual condición a la que estamos sujetos en la era de la T.V.: la velocidad del zapping, propuesta evidenciada de forma más concreta en su segundo filme Pulp Fiction (Tiempos Violentos, 1994).

Año 2000, el año de Memento, filme de Christopher Nolan que incorpora la técnica literaria de la narración en abismo: racconto (en cine), por el verbo francés raconter (recordar, contar). Una historia que se desarrolla discursivamente desde atrás hacia adelante, y aunque Irreversible, de Gaspar Noé, en 2002, haya postulado una película hecha puramente con esta técnica, Memento es un filme mucho más memorable, pues además construye una historia pulidísima, apasionante, sorprendentemente intrigante.

El arca rusa (2002), de Alexander Sokurov, es otro logro experimental del cine con su auto-impuesta limitación narrativa: un solo plano secuencia encerrando todo el filme, 96 minutos sin un corte. Y aunque hasta el final esta película nos parecía apenas una experimentación en el cine, finalmente consideramos necesario incluirla en esta brevísima lista icónica, a manera de “películas que debes ver antes de morir”, pues aquella decisión de construir un filme sin cortes, una narración ininterrumpida, marca, necesariamente, a toda la estructura y el concepto de este filme.

Paz Encina

paz encina

Paz Encina es otro de los grandes nombres del escenario cinematográfico (la más reciente y, hasta el momento, la última); realizadora a través de la cual puede marcarse uno de los acercamientos más serios a lo “experimental” y al verdadero cine. Esta directora paraguaya, que no ha necesitado más que de un largometraje para reclamar un puesto fijo en los festivales de cine “alejados” del Oscar, marca con su ópera prima, La hamaca paraguaya, un nuevo sistema narrativo, plantea un giro tan sorprendente que quizá todo el presente artículo pudiera haberse resumido en el link que apunto a continuación: http://bit.ly/mSnEuk

La lista, en realidad, es mucho más extensa, muchísimo más, pero esta aproximación puede ser un buen inicio, uno que al menos nos presente a este cine que propone nuevos sistemas narrativos. Sobre todo, es un acercamiento para no confundirnos, para no etiquetar como cine experimental a propuestas que sólo plantean lo grotesco en sus historias o estéticas; un acercamiento para reconocer en lo experimental un trabajo intelectual más profundo que lo sencillamente osado. Finalmente, es un acercamiento para entender que este tipo de cine plantea una intervención sobre la estructura discursiva de un filme.